Posiblemente hemos ido a casa de algún amigo, y hemos podido disfrutar de la compañía de un hurón como mascota. Hemos jugado con él, nos ha perseguido por el pasillo intentando cazar nuestra pierna, hemos visto como cogía una zapatilla e intentaba esconderla… Resumiendo, que nos lo hemos pasado tan bien jugando con él, que ¡¡¡hemos decidido comprarnos uno!!!
Vamos a la tienda, nos informamos sobre los cuidados, la jaula, nos enseñan uno que estaba durmiendo y ¡¡¡zas!!! Nos enamoramos y salimos de la tienda con el hurón, la jaula y todo el kit.
Después de todo esto, llegamos a casa. Lo primero que tenemos que hacer es instalar la jaula con su sustrato, la comida, el agua, los juguetes… Una vez tenemos todo preparado, llega el momento de que nuestro hurón conozca su nuevo hogar.
Cuándo vamos a buscarlo, está durmiendo, así que lo cogemos con dulzura y lo ponemos dentro de la jaula para que coma, beba y descanse un poquito.
Luego cuándo vemos que ha hecho todo y está activo, queremos empezar a jugar con él, así que abrimos la jaula, intentamos cogerle y… ¡¡¡nos ha mordido!!! Antes de pensar en que nos han vendido un hurón agresivo, vamos a darnos un tiempo de aclimatación a todos.
Es importante que cuándo vayamos a coger a nuestro hurón, lo hagamos de una forma firme, ya que si titubeamos pensará que estamos jugando con él, y que somos uno mas de su manada.
Los hurones cuándo juegan entre ellos, juegan dando botes de un lado para otro y mordiéndose. Hay que tener en cuenta que la piel del hurón es mucho más gruesa y dura que la nuestra, así que lo que para ellos es un juego, a nosotros puede provocarnos dolor, pero insistimos, no es agresividad, sino un simple juego en el cuál nosotros debemos poner los límites.
Bastará con coger a nuestro hurón por el pellejo, y sacudirle suavemente mientras le decimos “no”.
Los hurones son muy inteligentes y sociales, así que con algunas veces que se lo hagamos, él entenderá que no debe hacerlo. Debemos tener en cuenta que el cambio de la tienda a casa les puede provocar estrés, así que durante el primer día dejaremos que se acostumbre a los nuevos olores y ruidos de la casa. Así pues bastará con un par de días de paciencia, para conseguir un hurón juguetón y cariñoso, encantado de pasar la mayor parte de horas al día con nosotros.