Al contrario de lo que se cree, las cobayas son animales con una gran capacidad de aprendizaje.
Como conseguimos que aprendan?
Básicamente usan sus sentidos (vista y oído) para asociar acciones con alimento, de esta forma no es de extrañar que reconozcan el sonido de la bolsa de la comida y empiecen a hacer sonidos para llamar nuestra atención.
Tal y como hemos mencionado, las cobayas se rigen fundamentalmente por la vista y el oído. Vamos a comentar un poco cómo funcionan estos sentidos en las cobayas.
El sentido de la vista.
La vista: Las cobayas tienen una vista más aguda quela nuestra. Tienen muy buena visión nocturna, pueden ver en color y disponen de un gran ángulo de visión. Por el contrario, son incapaces de diferenciar las alturas, así que deberemos tener cuidado de no dejarlas en superficies elevadas.
Se han realizado varios experimentos con las cobayas y los colores, llegando a la conclusión de que si ponemos algún premio o comida dentro de un recipiente de color y ponemos tres recipientes más de otros colores, al cabo de algunas repeticiones, la cobaya será capaz de distinguir el color que contiene el premio, aunque le cambiemos el orden a los recipientes.
Si queremos enseñarle a hacer círculos, bastará con coger una golosina y enseñarle el caminito a seguir, poniéndola a la altura de su hocico. Será más interesante si, mientras le enseñamos el recorrido, le vamos repitiendo la palabra que queremos que asocie: rueda, círculo, voltea, etc. Con unos días de práctica probaremos de hacerlo sólo enseñándole la golosina, dándole la orden con la voz y enseñándole con el dedo lo que debe hacer. Si lo hace, la premiaremos, si no, seguiremos con las prácticas.
Puede ser que nuestra cobaya, cuando nos vea con un premio se ponga a hacer monerías o cualquiera de las cositas que le hemos enseñado. En estos casos, no le daremos ninguna golosina, ya que debe hacerlo a nuestra orden.
El sentido del oído.
El oído: Las cobayas tienen una audición realmente impresionante. Su capacidad de asociación mediante el sonido es extraordinaria. Si somos de aquellos propietarios a los que les gusta dar extras a nuestra cobaya, como por ejemplo pimiento, vamos a darnos cuenta que pasados unos días, cada vez que abramos la nevera y hagamos ruido con la bolsa de plástico dónde guardamos el pimiento, nuestra cobaya se va a volver muy activa, al mismo tiempo que empieza a soltar silbidos (cuis) de excitación.
De este modo también podemos asociarlo a canciones, palabras o cualquier otro sonido que queramos; bastará con poner esa canción o sonido en el momento del premio.
La comunicación básica de las cobayas es mediante el sonido. Ellas emiten diferentes sonidos en función de su estado de ánimo. Así pues, podemos decir que las cobayas tienen un lenguaje propio, lo que significa que pueden asociar sonidos a diversas acciones.
También son capaces de reconocer a su dueño por sus pasos al andar o por la voz.
Nos encontramos pues, delante de una gran mascota que puede convertirse en nuestro alumno más divertido.